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Mostrando entradas de junio, 2018

El faro

El confín: lugar en el horizonte donde las personas ven los límites de diferentes universos geográficos. Es donde ahora está mi mirada.  Allí observo el mar: amplio, azul, con sus matices de vidas y muertes que se lleva a diario al son del baile de las aves que revolotean tontamente en su cielo. La única certeza que tengo es que entre los brazos de sus corrientes está mi tesoro: un montón de brújulas viejas que no pude sacar a tiempo.  Las perdí para siempre.  Perdida, asustada y con el aliento símil al cristal de tan sólo pensar en dicha carencia, es cuando sube la marea al compás de mis espejos del alma empañados. Pero ello no quita el poder percibir una luz hermosa e intensa: La luz proveniente del faro. Tal vez sea el faro sinónimo de encontrar... o encontrame. 

Mariposas

Las manos de él se posan en mi cintura y las mías en su cuello... Nos miramos. Tan solo con ese gesto bastó para creer que él sabe de mi batalla interna: La Victoria que soy y la Victoria que será con la neblina de miedo que atraviesa esa imágen. Se desprenden mis sentimientos, caen uno a uno al abismo. No los puedo agarrar; revolotean en el aire como mariposas de mil colores. Mis torpes manos fallaron en el juego de alcanzarlas. Él no las va a agarrar, fue quién las liberó. En los momentos que pasamos juntos existe un aire que es sutil, diferente, ni frío, ni cálido, y nos abraza con delicadeza...  El cariño que desprende en cada gesto es una caricia a mi ser. De este modo estamos juntos, él y yo, individuales y unidos al mismo tiempo, alrededor de las mariposas que vuelven a su hogar por su cuenta tras un suspiro.