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9 de abril

Vos siempre estas en cada pensamiento, en algún recuerdo no tan lejano o conversación. Es inevitable que con mis confidentes haga bromas sobre como vos reaccionarias en algunas situaciones. Se podría decir que mencionarte entre risas es un reflejo. Han pasado los años y con ellos aprendí a llevar tu ausencia con menos dolor. Las fechas pasan, recuerdos nuevos se forman. Hubo risas, amores por ahí, amistades que se fortalecieron, algunos conflictos internos en resolución, proyectos que de a poco se materializan. Las situaciones son diferentes, a pesar de que ya son dos años sin festejar tu cumpleaños. Jamás vas a ver esta carta, lo sé, pero que quede claro que igual te extraño.

Otoño del '99

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Un abrazo Un beso Un "te quiero" Es lo que aún espero Te fuiste diciendo "adiós" entre líneas Ya lo sabías Sí Tú ya lo sabías... Todo ha cambiado Ahora soy yo quien usa tu corbata Te digo con un clavel en mano Que sigue ahí el amor, la luz y la nostalgia del otoño.                                  Y... Te extraño.                                            Anastas ia

Almas rebeldes del cistema

Somos las brujas que no llegaron a quemar, las herederas de las locas del pañuelo blanco en búsqueda de la verdad, las pibas del pañuelo verde por la justicia social, las almas rebeldes que durante toda la historia persiguieron,  las que  acusaron, las que asesinaron. Fuimos "brujas" por romper esquemas, por querer estudiar, por no querer casarnos o simplemente por no guardar silencio. Hoy ya no nos queman con permiso de la Iglesia, nos criminalizan, nos juzgan cuando no respondemos a sus imposiciones. Antes éramos brujas, ahora feminazis, aunque jamás hayamos asesinado a alguien, aunque nuestro discurso sea: No sigan matándonos . Hoy las almas rebeldes colmaron las plazas y el sistema-cis hetero patriarcal tiembla, al punto de que el machito, por miedo, teme a que le hagamos lo que él nos hizo a nosotras .

Allí donde solíamos gritar.

7 de abril, 2015. París, Francia Estoy caminando por la acera de Rue Royale, en plena ciudad de las luces, cuando el alba transforma la noche en un dulce pasar del día. Tal vez sea una leve coincidencia de que en este preciso momento llueva al igual que mi interior al recordarte. Esmeralda, siempre has sido una persona con mucha personalidad. Alguien que, aunque no lo desea, deja una marca en quien la conoce por primera vez. Un encanto que yo fui capaz de apreciar apenas te ví. Sigo caminando, recordando todos los momentos que vivimos a lo largo de los años. Las mañanas al despertar juntas, las noches, los cafés después de la cursada de facultad, sonrisas, marchas, llantos, besos, abrazos, diferencias. Momentos que siguen latiendo. Quién diría que con el danzar del tiempo estemos bailando solas bajo la lluvia de la vida. Tú paseas otros mundos, yo camino por nuestra ciudad de noche. Veo la entrada de la casa que compartíamos, allí donde solíamos gritar, donde nuestros corazones no

El faro

El confín: lugar en el horizonte donde las personas ven los límites de diferentes universos geográficos. Es donde ahora está mi mirada.  Allí observo el mar: amplio, azul, con sus matices de vidas y muertes que se lleva a diario al son del baile de las aves que revolotean tontamente en su cielo. La única certeza que tengo es que entre los brazos de sus corrientes está mi tesoro: un montón de brújulas viejas que no pude sacar a tiempo.  Las perdí para siempre.  Perdida, asustada y con el aliento símil al cristal de tan sólo pensar en dicha carencia, es cuando sube la marea al compás de mis espejos del alma empañados. Pero ello no quita el poder percibir una luz hermosa e intensa: La luz proveniente del faro. Tal vez sea el faro sinónimo de encontrar... o encontrame. 

Mariposas

Las manos de él se posan en mi cintura y las mías en su cuello... Nos miramos. Tan solo con ese gesto bastó para creer que él sabe de mi batalla interna: La Victoria que soy y la Victoria que será con la neblina de miedo que atraviesa esa imágen. Se desprenden mis sentimientos, caen uno a uno al abismo. No los puedo agarrar; revolotean en el aire como mariposas de mil colores. Mis torpes manos fallaron en el juego de alcanzarlas. Él no las va a agarrar, fue quién las liberó. En los momentos que pasamos juntos existe un aire que es sutil, diferente, ni frío, ni cálido, y nos abraza con delicadeza...  El cariño que desprende en cada gesto es una caricia a mi ser. De este modo estamos juntos, él y yo, individuales y unidos al mismo tiempo, alrededor de las mariposas que vuelven a su hogar por su cuenta tras un suspiro.